Cuando leía este articulo en la pagina de GEO España, me puse a pensar las incontables expresiones fisiopatológicas y en consecuencia psicopatológicas de nuestro cuerpo y como en su mayoría son asumidas como cosas terribles.
Nuestro cuerpo, como otra expresión de la naturaleza, tiene su lenguaje y su forma de desformarse y cambiar darwuinianamente ya sea para adaptarse al entorno físico o al entorno emocional y así procurar su permanencia desde lo que el asuma como mas factible o económico en términos emocionales y energéticos.
Así que inspirado en la cuarta hoja del trebol (asumida por el corolario popular como símbolo de buena suerte) les invito a ver a nuestros cuerpos y sus cambios, sus cauchitos, sus juanetes, sus molestias transitorias, sus accidentes como esas cosas maravillosas que hace nuestro organismo por adaptarse y llevarnos adelante... así que si algo no nos gusta de ese reflejo que vemos en el espejo, chequeemos que nos incomoda o molesta en nuestro entorno y responsablemente asumamos los cambios que competen. Asumamos la belleza de nuestra cuarta hoja.
Así que inspirado en la cuarta hoja del trebol (asumida por el corolario popular como símbolo de buena suerte) les invito a ver a nuestros cuerpos y sus cambios, sus cauchitos, sus juanetes, sus molestias transitorias, sus accidentes como esas cosas maravillosas que hace nuestro organismo por adaptarse y llevarnos adelante... así que si algo no nos gusta de ese reflejo que vemos en el espejo, chequeemos que nos incomoda o molesta en nuestro entorno y responsablemente asumamos los cambios que competen. Asumamos la belleza de nuestra cuarta hoja.
Y ya que están aquí y si les interesa saber que le pasa al trebol, aquí le dejo el articulo, se les quiere!
Hasta ahora los científicos no estaban seguros sobre si la existencia de una cuarta hoja se debe a causas ambientales o genéticas. Ahora, un equipo internacional de investigadores, en el que han participado científicos españoles del CSIC, ha descubierto el gen responsable de la existencia de tréboles de cuatro hojas.
Tiene fama de dar buena suerte a aquellos que lo encuentran: la leyenda dice que sus cuatro hojas representan la esperanza, la fe, el amor y la suerte. Y lo cierto es que no es fácil toparse en el campo con un trébol de cuatro hojas. Se calcula que de cada 10.000 tréboles de tres foliolos en la naturaleza, sólo hay uno de cuatro.
Los científicos han identificado un gen que al mutar hace que el 'Medicago truncatula', una leguminosa de la misma familia que el trébol y la alfalfa,tenga cinco hojas en lugar de tres, por lo que los investigadores creen que podría también ser responsable de la existencia de los tréboles de cuatro hojas, según han prublicado en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS).
"La formación de nuevas hojas tiene lugar en el ápice del tallo, a partir de unas pequeñas protuberancias, llamadas primordios, formadas por células que se están multiplicando", ha explicado el científico español del CSIC, Francisco Madueño.
Los primordios de las hojas simples crecen y dan lugar a la forma final de la hoja, con una sola lámina, llamada foliolo, unida al tallo por el peciolo. Los de las hojas compuestas, como las del trébol, el tomate o la leguminosa estudiada, tienen mayor capacidad de proliferación y forman a su vez nuevos primordios, que dan lugar a más foliolos.
La formación de estos nuevos primordios se debe a la expresión en ciertas zonas del primordio original del factor de transcripción SGL1 (una proteína que regula la activación e inactivación de los genes), que favorece la proliferación de ese grupo de células.
El estudio ha descubierto que el gen identificado, PALM1, controla de manera precisa la expresión de SGL1, de manera que cuando PALM1 no funciona SGL1 se expresa descontroladamente, permitiendo la formación de un mayor número de foliolos.
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