Un tema que generalmente nos
importa a todos es el aumento de sueldo y particularmente de cómo pedirlo
apropiadamente o cómo decirle las cosas
apropiadamente a ese otro significativo para que acepte lo que le estamos proponiendo.
Muchas veces confundimos frontalidad
con sinceridad y este es uno de los errores fatales que da pie a un sin fin de
malos entendidos y puntos de vista opuestos y encontrados. Aclaremos esto desde
el principio ya que esta sutil diferencia nos permitirá mayores niveles de
aceptación.
Sinceridad implica ser honesto y
no ocultar cosas importantes y significativas para el otro, ser frontal, en
cambio, implica una posición (la de ustedes!) la cual se presentará en
contraposición de la de su interlocutor. Así que les invito a ser sinceros y
flexibles a la hora de presentar sus planteamientos, como primer consejo.
Ahora, por qué de ladito nos vemos
más bonitos a la hora de pedir un aumento de sueldo? Pues, resulta ser que
dependiendo del tipo de argumento que vayamos a plantear como justificación
para nuestro aumento de sueldo será más eficiente decirlo de un lado o del
otro. Sé que esto puede sonar esotérico pero tiene un basamento científico
bastante sencillo.
Si le vamos a pedir a nuestro
jefe ese anhelado aumento de sueldo y nuestro argumento es emocional, diríamos
algo cómo: “jefe, usted sabe que mi hijo acaba de nacer… y que mi esposa está
de reposo… y yo soy el soporte familiar… y la crisis económica… y yo mejoré el
clima emocional de mi equipo de trabajo” y así sumaremos argumentos que
procuren sensibilizarlo emocionalmente con nosotros para que se apiade y nos de
dicho aumento. Pero, si nuestro argumento es mas bien técnico, diremos cosas
como: “jefe, usted sabe que desde que ingresé a la compañía he ayudado a incrementar
los ingresos en un X por ciento… y he logrado una disminución en la fuga de
ingresos… también he consolidado los procesos de producción…” y cosas similares
que centren la atención en esa suma de detalles objetivos, concretos y contabilizables.
Ahora, dónde entra la Proxémica aquí?
Pues es muy sencillo. Si nuestro discurso en básicamente emocional nos
acercaremos del lado izquierdo de nuestro interlocutor, el lado del corazón (y
esto es un referente meramente nemotécnico y no la razón de ser del
acercamiento) y si nuestro discurso es técnico, pues entonces del lado derecho
será la opción adecuada.
Esto se debe a que
aproximadamente el 75% de nuestras
terminaciones visuales y auditivas son procesadas por el hemisferio opuesto y
en consecuencia si hablamos del lado izquierdo de la persona, tres cuartas
partes de esa información se procesará primero en el hemisferio derecho (el
cual es emocional, totalitario, holístico, intuitivo, atemporal y se maneja con
símbolos y representaciones por lo cual las cosas no son lo que son sino, son
lo que para ellos significan). En cambio, si hablamos del lado derecho, será
nuestro hemisferio izquierdo (el cual es objetivo, racional, cronológico, temporal,
organizado, estructurado y saca conclusiones basadas en la data vinculable de
manera secuencial) el que procese dicha información.
Así que tengamos en cuenta qué
queremos decir y acerquémonos del lado que nos resulta más efectivo para que
los demás se den cuenta que “de ladito no vemos más bonitos!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario