Mostrando entradas con la etiqueta salud. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta salud. Mostrar todas las entradas

domingo, 12 de julio de 2015

¿Por qué nos enfermamos?

 
El enfermo no es una víctima inocente
de errores de la naturaleza,
sino su propio verdugo.
 Thorwald Deihlefsen y Rudiger Dahlke







Louise Hay dice que está convencida de que nosotros mismos creamos todo lo que llamamos «enfermedad». El cuerpo, como todo en la vida, es un espejo de nuestras ideas y creencias. El cuerpo está siempre hablándonos; sólo falta que nos molestemos en escucharlo. Cada célula de tu cuerpo responde a cada una de las cosas que piensas y a cada palabra que dices.

El cuerpo es un vehículo o medio de expresión que manifiesta los conflictos que hay a nivel mental, emocional o espiritual, con la expectativa de ser traducidos en un ajuste en la relación donde se origina realmente el estrés o problema.

“Cuando en tu cuerpo se manifiesta un síntoma, este (más o menos) llama tu atención, interrumpiendo bruscamente, la continuidad de tu vida diaria. Un síntoma es una señal que atrae tu atención, interés y energía y, por tanto, impide que tu vida continúe normalmente. Esa interrupción que parece llegar de fuera produce una molestia y desde ese momento no te deja otra alternativa que ocuparte de eliminar la molestia.
El síntoma te está diciendo lo que tienes que ajustar, sólo que para ello debes entender su lenguaje. Además, esto supone de tu parte una sinceridad difícil de soportar pues a veces dicen cosas muy importantes y relevantes para nosotros ya que nos conocemos íntima y realmente. Resulta más fácil, cómodo y llevadero vivir engañado que afrontar ciertas realidades.
La enfermedad no es obstáculo que se cruza en tu camino, sino que es el camino que debes transitar para llegar a la curación. Siendo realmente la prevención y un estilo de vida armonioso, amoroso lo ideal, lo sano y lo deseable.
“El síntoma es la forma sincera de expresión del sentir humano, manifiesto desde el hacer corpóreo. La enfermedad es parte de un sistema de regulación muy amplio al servicio de la evolución. No se debe liberar al ser humano de la enfermedad, ya que la salud la necesita como contrapartida", tomado de La enfermedad como camino.
Cuando comprendes la diferencia entre enfermedad y síntoma, tu actitud y tu relación con la enfermedad se modifican rápidamente. Ya no consideras al síntoma como tu enemigo sino que descubrirás en él a un aliado que puede ayudarte a vencer a la enfermedad.

Deihlefsen y Dahlke comentan que Edgar Heim, en su libro Krankheit als krise und Chance plantea que un adulto, en veinticinco años de vida, padece por término medio una enfermedad muy grave, veinte graves y unas doscientas menos graves.

martes, 8 de abril de 2014

Cumplo el tratamiento y sigo enfermando, Porqué?

La mente puede curar, y de hecho cura. La eficacia y realidad del efecto placebo es indiscutible. Pero la mente funciona igualmente en dirección opuesta. Puede matar! A esto último se llama efecto nocebo.
Para referirme al conocido por todos como efecto placebo, quizás hubiera escuchado alguna palabra suelta y hasta es posible que un cierto esbozo de conversación sobre el asunto, pero cuando realmente me enfrenté de manera mas o menos organizada y seria a la problemática que plantea fue durante mis años en la industria farmacéutica. 
Aparentemente todo es simple, se trata de probar un nuevo medicamento, una droga como se dice en terminología legal. Se selecciona sin especial cuidado un colectivo de voluntarios. \ A unos se les suministra la droga cuyos efectos terapéuticos se trata de evaluar in vivo.A otros sencillamente agua con azúcar, advirtiendo, claro, que están tomando una droga, precisamente la sometida al test en humanos, para que interioricen su consumo destinado a la finalidad terapéutica de que se trata. Pues bien, el efecto placebo consiste en que muchos de los que ingirieron azúcar reflejaron los mismos síntomas y efectos que aquellos que consumieron la droga en cuestión.
La medicina, como digo, llama a esto efecto placebo. Algunos otros investigadores como Lipton prefieren, con razón, utilizar la expresión mas gráfica, y para mi mucho mas ilustrativa, de “efectos de las creencias”, queriendo resaltar y llamar la atención sobre un aspecto capital: que nuestras ideas, percepciones, creencias, sean o no acertadas, tengan o carezcan de base fáctica o racional, tienen un efecto directo e inmediato sobre nuestro organismo, sobre nuestro comportamiento. 
Es así de lineal: el poder de la mente, expresado en términos de creencia, sobre el cuerpo, sobre el organismo. En una dirección, en este caso: la curativa, por así decir. Con palabras mas llanas: el poder de la mente en la curación de dolencias y enfermedades sin auxilio de agentes exteriores como los fármacos. ¿Se necesitan mayores evidencias de que la mente puede controlar el cuerpo?. Siendo esto así, dado que la mente puede producir “moléculas de emoción”, ¿acaso hay duda de los efectos orgánicos de las emociones?
Muchos “científicos” actuales lo niegan de manera tan rotunda como obtusa. Para la medicina tradicional el efecto placebo es cosa de curanderos, visionarios o sencillamente pacientes altamente sugestionables con los que no se puede construir un patrón de comportamiento “científicamente válido”. Por eso siguen cuestionando, aunque cada día con menos fuerza y convicción, que el aparato emocional influya de modo decisivo en el aparato orgánico. Una cosa es que sepamos cómo. Otra que neguemos el qué. El hecho es, según todas las evidencias, que lo emocional controla lo orgánico, o cuando menos lo afecta de manera muy potente.afecta. Descubrir el modo y manera en que se producen, el mecanismo a través del cual se actúa, es harina de diferente costal. En eso están algunos. Contra muchos vientos y mareas. Los vientos y las mareas, por cierto, no son necesaria y exclusivamente escrupulosos científicos. Si desechamos el poder de la mente en la curación de las enfermedades nos quedan dos mecanismos: la droga, esto es, el fármaco, y la cirugía. Ambos acompañados al compás de las sofisticadas técnicas de diagnóstico. Y hablamos de capitales gigantescos invertidos en la industria farmacéutica reclamados de amortización y rentabilidad.
Hablando de cirugía, un postulado tradicional era el siguiente: “en cirugía no cabe el efecto placebo” Bruce Moseley publicó en 2012 un estudio sobre la cirugía de rodilla y en concreto traba de averiguar qué parte de la cirugía provocaba la mejora en los pacientes.  Para ello, llevado de ese afán de saber lo inconveniente que caracteriza al verdadero investigador, dividió el grupo en tres secciones. Al primero le rebajó el cartílago dañado. Al otro le limpió la rodilla para erradicar cualquier material que pudiera ser responsable del efecto inflamatorio. Estas dos intervenciones constituyen lo que podríamos llamar tratamientos clásicos en estas dolencias. Al tercer grupo, sencillamente no le hizo nada. Sedó a los pacientes, hizo las tres incisiones de rigor, habló y actuó como normalmente lo hacía en todas sus intervenciones quirúrgicas y llegó hasta meter la mano en los sueros salinos para imitar el ruido que se produce al limpiar la articulación. Tardó cuarenta minutos en esta operación “virtual” y cosió. A los tres grupos se les aplicaron idénticos tratamientos o cuidados postoperatorios.
Los resultados fueron para algunos sorprendentes. Los dos primeros grupos mejoraron, conforme a lo previsto y a la experiencia de casos similares. El problema es que el tercer grupo también mejoró y lo hizo con idéntica intensidad a los dos operados. Para evidenciarlo se mostraron imágenes del grupo placebo jugando al baloncesto, corriendo y haciendo cosas que les resultaban imposibles antes de ser “operados”.
Miles de ejemplos ilustrarían esta entrada. No son necesarios. El poder de la mente es obvio. Por mucho que lo niegue la medicina convencional y afecte a los intereses de la industria farmacéutica. Es sólo, como tantas cosas, cuestión de tiempo.
Ahora quiero llamar la atención sobre lo contrario, lo que se llama efecto nocebo. La mente puede curar, como acabo de describir, pero ele principio, el mecanismo tambien funciona en dirección opuesta: puede matar.
Clifton Meador llevaba reflexionando sobre el poder de la mente durante mas de treinta años. En 1974 tuvo un paciente, su nombre era Sam Londe, quien decía padecer cáncer de esófago, enfermedad que por aquellos días era sencillamente letal. Le trataron el cáncer con técnicas convencionales, convencidos todos los médicos que ese tipo de cáncer necesariamente recidivaría, esto es, se reproduciría. Sin solución. En efecto: Londe murió poco después de su diagnóstico y tratamiento.
Decidieron practicar la autopsia. No encontraron ningún cáncer. En cualquier caso, ni por asomo células cancerígenas capaces de producir las muerte. Tenía un par de manchas en el hígado y otra en el pulmón, pero ni rastro del supuesto cáncer de esófago que oficialmente era el responsable de su muerte.
¿De qué murió si no tenía cáncer?. Treinta años después, Meador sigue dando vueltas al asunto:
-Creí que tenía cáncer. El creyó que tenía cáncer. Todos cuantos le rodeaban creían que tenía cáncer… ¿Le robé la esperanza de alguna forma?
Terrible pregunta. Pero ahí queda, en el aire de las conciencias. El efecto placebo funciona. El efecto nocebo tambien. Una de nuestras grandes obligaciones consiste en no robar la esperanza.
Y continúo, ahora con la sincronías. Esta mañana, a eso de la una y media, estaba citado por el doctor Domínguez para un reconocimiento de rutina. Cumplido el trámite sin percances de salud, aparte de lo derivados del mero transcurrir del tiempo, nos fuimos a almorzar. La conversación derivó sobre los efectos de la hipnosis, porque el doctor es experto en esa materia y uno de los grandes especialistas españoles en sueño. Me relataba como funciona en el plano de los efectos la hipnosis como técnica curativa incluso de lesiones musculares. En ese instante se detuvo y me dijo:
-La mente funciona sobre el organismo en dos direcciones. El efecto placebo o curativo y el efecto nocebo o dañino. este último es mucho menos conocido, pero igual de cierto. Permanecía en silencio. Inevitable que viniera a mi mente el articulo escrito en las primeras horas de esta madrugada. El Dr. Domínguez continuó:
-Lo peor que puede hacerse con una persona enferma es arrebatarle la esperanza. Eso es condenarle a una muerte segura!
¿Sincronías? Cada uno puede utilizar la palabra que mejor le cuadre, pero es curioso cuando menos la secuencia del día. Pero, en fin, eso importa mas bien poco. Lo que cuenta es que la mente funciona en las dos direcciones: placebo y nocebo. Curar o lastimar... 
Los límites son internos y las posibilidades, también!

Basado en un artículo de Mario Conde

Quién es la víctima mi AND o yo? Qué puedo hacer?

Tradicionalmente nos enseñan que los genes determinan y controlan nuestra vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero la medicina moderna, particularmente los estudios de Bruce Lipton han demostrado que esto es falso. el factor genético es determinante para los rasgos físicos pero no para los de personalidad y menos aún para los de salud, física y emocional.


Entonces, NO somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado o influenciado por el medio externo celular.

¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera
de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

¿Donde están y actúan nuestras creencias?
los estudios del Dr. Lipton develaron una realidad que sorprendió y puso de patas arriba al mundo de la medicina y es que las creencias no están en nuestra mente, están en nuestros músculos. Exactamente, leyeron bien, en nuestros músculos; es por ello que finalmente actuamos y reaccionamos en función a nuestras creencias primarias, esas que nos indican todo lo referente a ser feliz, ser próspero, cómo amar y ser amado, que cosas merecemos y hasta a dónde podemos llegar en nuestra vida.

¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

Esto quiere decir que, según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.

¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente, en particular lo que aprendimos como normas, valores y posibilidades durante los primeros siete años de vida. Por eso, cuando decidimos algo como: ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos. o si aprendimos que la Vida es dura o que no merecemos ser felices. Pues, no importará lo fuerte que nos esforcemos, al final nos guiaremos pues nuestro aprendizaje interior que nos fija los límites y las posibilidades.

¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

Cambio mi pensar y cambio mi ser???
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. Sin embargo, el cambio de creencias no es sólo decir en voz alta una nueva creencia. Implica interiorizar esa nueva creencia y reemplazar la anterior, va mas allá de saber decir en voz alta lo que queremos,tiene que ver con el ser congruentes con ello en todos los aspectos; en lo que refiere al qué hacemos, si nos lo merecemos, si lo queremos, para qué lo queremos y si realmente sentimos que eso que decirnos que queremos nos lo merecemos y lo podemos llevar a cabo.

¿Mis creencias me modelan y determinan?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo, aquí está la clave!

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis o siete años de vida, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, son efectivamente modeladas, las conductas y los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla. lo bueno es que una cualidad innata del cerebro es la de aprender; así que siempre le podemos ensenar algo nuevo.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya. si hay alguna parte de tu vida que este en crisis,  a nivel de pareja, en el trabajo, alguna enfermedad o inclusive la simple vivencia de no saber por que pero ser infeliz, pues esos son indicadores de que hay unas creencias limitantes actuando a nivel inconsciente que te están atacando en vez de apoyando. 

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
La idea no es librar una batalla personal, muy por el contrario, implica hacer las paces con uno mismo desde lo mas profundo de nuestro ser y entonces identificar cuales creencias antes nos limitaban y bloqueaban para ahora cambiarlas por aquellas que me potencien y me ayuden a lograr todo aquello que quiero, me propongo y siento que me merezco... incluso más de lo que has llegado a soñar 


viernes, 8 de junio de 2012

El Yoga, sus maestros y sus ensenanzas


Las enseñanzas hindúes de meditación y movimiento encuentran cada vez más adeptos. Pero la menor parte de ellos sabe que detrás de los ejercicios de gimnasia se esconde un sistema filosófico.
Mi primera clase comienza a las seis de la mañana en un frío cuarto de aseo iluminado por luces de neón. Delante de los lavabos se apretujan hombres y mujeres, muchos de ellos con largos atuendos de algodón. Desde fuera, música de meditación entra por las ventanas abiertas. Para mi sorpresa, ninguna de las personas presentes se está lavando los dientes o el cuerpo. La mayoría parece haber venido por una sola razón: para beber agua salada con grandes vasos y vomitarla poco después.

Shavasana: posición del cadáver

Una manguera de goma en la nariz

Algunos utilizan una jarrita de porcelana para verter el líquido en una narina, dejando que salga por la otra. Después se meten una fina manguerita de goma por la nariz hasta que salga de la boca, la cogen de ambos lados y la tiran hacia abajo y hacia arriba. Algunos tragan una venda de un metro de largo para sacarla lentamente del estómago después de algún tiempo. Todo esto no corresponde a las ideas estéticas del occidental medio.
–Son kriyas, ejercicios de purificación del hatha yoga –dice el profesor de yoga Vivek Tiwari y sostiene una de sus mangueritas delante de mi nariz–. ¿No lo quiere intentar?
–Mañana tal vez –respondo y estoy segura que jamás haré un ejercicio de kriya. Me iba a equivocar.
Ante el altar de la diosa Saraswati

Un viaje a las raíces

Me encuentro en el "Kaivalyadhama Yoga Institute" en la ciudad india de Lonavla, a unos 110 kilómetros al sureste de Mumbai. El instituto, fundado en 1924 por Swami Kuvalayananda, es uno de los centros más viejos para la investigación y las terapias de yoga en la India. Durante diez días, el campus, de más de medio kilómetro cuadrado de superficie, será mi hogar. Aquí participaré en una conferencia internacional sobre los recientes descubrimientos científicos en el campo del yoga, además asistiré a un taller de una semana. Es un viaje a las raíces de estas enseñanzas de más de 2.000 años de edad. Una pesquisa periodística que me llevará lejos de aquello que en Occidente a menudo se considera como yoga y se practica allí. Yoga es más que estar sentado en posición de loto o estar de pie sobre una sola pierna, esto lo comprende rápido el visitante del Instituto Kaivalyadhama. Es más que una gimnasia de moda.
–El yoga va mucho más allá de lo físico –dice Sri O. P. Tiwari.
Él dirige el instituto y será mi profesor durante los próximos siete días.
–El yoga me enseña cómo tengo que vivir, trabajar, pensar, qué debo comer y quién soy realmente.
El camino al "samadhi", la “conciencia de la unidad” y objetivo de la práctica del yoga, tradicionalmente tiene ocho niveles. Fueron descritos por el sabio indio Patanjali en su famoso "Yogasutra", un manual de 195 versos escritos en sanscrito, que debe de haberse redactado entre 200 antes de Cristo y 400 de nuestra era. Los primeros niveles son normas éticas o mandamientos como la pureza o la renuncia a la violencia. Si el alumno las practica en sus pensamientos, palabras y actos, encuentra la predisposición interior correcta para el yoga. En los siguientes niveles siguen las instrucciones para ejercicios corporales y de respiración, para sumergirse en su interior y meditar. Todo el camino asemeja a un viaje de fuera hacia dentro, del mundano al trascendente, y es una purificación permanente.

Las posiciones corporales conocidas en Occidente, las llamadas asanas, forman el tercer nivel de la senda espiritual. Las asanas son simplemente una herramienta: deben permitirle al practicante de yoga estar sentado durante largo tiempo y de forma cómoda y estable mientras realiza los ejercicios de respiración y meditación. Sólo más tarde, los textos de hatha yoga (los "hathapradipika" o "gheranda-Samhita", surgidos después del siglo XIV) atribuyen a estas posiciones efectos positivos sobre la musculatura, el metabolismo, la digestión y el sistema nervioso.

Jala-neti
Flujo libre de sangre y linfa

Al igual que los diversos lavados de las kriyas, las asanas sirven también para fomentar el flujo libre de sangre y linfa; de "kundalini", la „fuerza de serpiente“, y de "prana", la respiración. Pues sólo cuando estas energías vitales circulen sin obstáculo, el practicante, según los conceptos tradicionales, será capaz de alcanzar el siguiente nivel, el cuarto: el "pranayama", el control de la respiración. Se considera el umbral o la puerta a lo que realmente es una experiencia de yoga, y determinará mi vida diaria en la semana siguiente.


Quien controla la respiración controla la mente

–Prana es el rey del cuerpo –nos explica Sri O. P. Tiwari–. Si logramos controlar la respiración también controlamos la mente.
Pues la mente, según él, se asemeja a un mono salvaje que se escapa continuamente y no nos deja descansar. Con la respiración le podemos por así decirlo poner una correa y sostenerlo. Nosotros somos, además de mí, sobre todo profesores de yoga, médicos de Ayurveda, naturistas y fisioterapeutas venidos de todo el mundo, alrededor de cien hombres y mujeres. Dos veces al día nos reunimos en una gran sala, sentados sobre alfombras de colores –y respiramos–. Pero esto no es tan fácil como suena. El "mono salvaje“ tiene hambre y sed, es cansado e impaciente, se deja desconcentrar por el ladrido de unos perros y unas piernas dormidas. Velocidad y ambición, a las que estoy acostumbrada como triatleta, aquí están fuera de lugar, y hasta pueden tener consecuencias nefastas. Si el pranayama no se realiza correctamente, dice Tiwari, pueden producirse desequilibrios psicosomáticos como neurosis cardíaca, vértigo, inquietud o estados de ansiedad.

Yogis experimentados pueden dejar que se los entierre vivos

Nuestros tutores ponen un especial énfasis en la duración correcta de las pausas de respiración, llamadas "kumbhaka". Es el rasgo principal del pranayama junto al típico sonido de fricción en la garganta, que se produce por el estrechamiento de la glotis durante la respiración. En el kumbhaka o se deja de respirar durante un tiempo o se emplea al menos el doble de tiempo en la exhalación que en la inhalación. Esto hace que la respiración sea más profunda y lenta, mejora el abastecimiento del cuerpo con oxígeno, fomenta el metabolismo y la regeneración de las células –y al final, la mente se tranquiliza–. Mientras alguien sin experiencia respira unas quince veces al minuto, al avezado practicante de pranayama le bastan seis veces. Además, unas concentraciones más altas de dióxido de carbono no lo afectan. Por eso, los yogis experimentados pueden dejar que se los entierre vivos sin que esto les perjudique.

Numerosos estudios, sobre todo realizados en la India, demuestran los efectos positivos del yoga como profilaxis y prometedora terapia, utilizada con creciente éxito contra dolencias físicas y psíquicas. Los estudios más antiguos son de Swami Kuvalayananda, el fundador del Instituto Kaivalyadhama. Es considerado un pionero en el campo de la investigación paracientífica del yoga y logró demostrar ya en 1922 que ciertas prácticas generan una presión negativa que tiene un efecto positivo sobre los órganos de digestión (concretamente se trata del "uddiyana-bandha", en la que el diafragma se alza gracias a la contracción del abdomen bajo, y el "nauli", un movimiento giratorio del vientre).

Posición del arco
Reducción de estrés gracias a ejercicios de respiración

Especialistas del Instituto Kaivalyadhama también participaron en uno de los hasta ahora más amplios estudios alemanes de yoga, realizado entre 1993 y 1995 bajo la dirección de la etóloga y profesora de yoga Martina Bley. En cooperación con la cátedra de naturismo de la Freie Universität de Berlín, Bley examinó los efectos de un entrenamiento de yoga de 18 meses sobre pacientes con la presión alta, alteraciones crónicas del sueño y dolores de espalda y cabeza. Los resultados hablaron a favor de la tradicional terapia de yoga con ejercicios clásicos de hatha: pacientes con dolor de espalda, por ejemplo, registraron una intensidad y duración del dolor significativamente reducidas, en algunos casos ya después de cuatro semanas. Y Sat Bir Khalsa, profesor del Harvard Medical School (Estados Unidos), demostró en un experimento con 30 jóvenes futuros músicos profesionales que simples asanas y ejercicios de respiración pueden reducir significativamente las reacciones de estrés y el miedo escénico. Según Khalsa, los resultados se pueden aplicar también a otros grupos de personas que sienten la presión del público, por ejemplo, deportistas.

Los músculos son estimulados activamente

De esto se podrán beneficiar sobre todo aquellos deportistas que practican juegos o deportes de resistencia. Por ejemplo, los ejercicios de yoga permiten reducir hasta niveles normales el potencial de agresión acumulado durante un partido. Según Ingo Froböse de la Universidad de Deporte de Colonia (Alemania), las asanas pueden ayudar a corredores y ciclistas „consiguiendo un efecto adicional estimulando activamente los músculos.“ En los deportes de fondo se entrena en primer lugar el sistema cardiovascular, mientras la musculatura se queda más bien en un segundo plano. Pero las asanas no sólo fortalecen los músculos; sino determinados estiramientos también reducen la tensión de la musculatura. Esto no sólo resulta beneficioso para deportistas sino también para personas con enfermedades neurológicas que dan origen a calambres y espasmos. Incluso hay algunos indicios de que el yoga podría tener una influencia positiva sobre daños cerebrales ocurridos en la temprana infancia y derrames cerebrales o la enfermedad de Parkinson. Sri O. P. Tiwari está convencido de que la terapia de yoga tradicional puede ayudar a combatir la mayoría de las enfermedades que afectan al hombre moderno.
La ceremonia del fuego
–Pero no podemos demostrarlo con nuestros aparatos anticuados.

Muchos estudios de la India no son reconocidos en Occidente

Pero les falta el dinero para equipos nuevos como oxímetros para determinar la concentración de oxígeno en la sangre o citómetros para el análisis de las células o aparatos para medir las funciones cerebrales. Pero incluso si los científicos de Kaivalyadhama lograran reunir datos sobre la eficacia del yoga: muchos estudios hechos en la India no son reconocidos en Occidente porque su forma de abordar el tema no corresponde a los criterios científicos habituales, según Ingo Froböse. Como mucho, aportan primeros indicios acerca de los efectos terapéuticos del yoga. Pero tampoco los investigadores europeos o norteamericanos pueden ofrecer mucho más. Pues en Occidente apenas existen estudios sobre el yoga que demuestren la eficacia más allá de éxitos en casos aislados. El "método de doble ciego", en el que los pacientes no saben si reciben el placebo o el tratamiento no se puede aplicar al yoga hasta ahora; sin embargo, este método es necesario para que una terapia sea reconocida científicamente en Occidente. Por lo tanto, las enseñanzas hindúes de meditación y movimiento sólo lentamente encuentran un lugar en la investigación médica, en hospitales y clínicas de rehabilitación.

"La tradición es violada"
Froböse desearía un entrenamiento diseñado más a medida de los grupos específicos a los que va dirigido. Esto, dice, sólo se puede alcanzar gracias a una mejor formación y un mejor control de los profesores. Si es necesario hay que –al contrario de la enseñanza tradicional– prescindir de determinadas prácticas de yoga y de aspectos filosóficos. Sólo entonces el yoga puede alcanzar un gran público también en Occidente. Aquello que se ofrece como yoga en los gimnasios, para Froböse a menudo se aleja demasiado de las raíces clásicas. Actualmente, relata, existen „perversiones“ como yoga de boxeo o yoga desnudo.
–Aquí se está violando bastante la tradición.
Mientras, las variedades no tradicionales de Occidente incluso han llegado al país de origen. También en la India hay más y más gente que practica yoga solamente para mantenerse en forma o porque está de moda.

 El yoga hay que interiorizarlo, no sólo practicarlo

Este también es el caso de dos de mis compañeras del taller, de 66 y 70 años. Las damas de Mumbai, vestidas con elegantes saris, me cuentan que sus hijos las mandaron al taller de pranayama, porque el yoga está de moda y mantiene joven. Ya que Lonavla se encuentra en un paisaje encantador no muy lejos de Mumbai se han decidido por el Instituto Kaivalyadhama. También las investigaciones del profesor de Harvard Sat Bir Khalsa demuestran que no cualquier desviación de la tradición merma necesariamente los efectos del yoga: los músicos por él examinados que „sólo“ practicaban redujeron con éxito su estrés y miedo escénico al igual que aquellos que cambiaron todo su estilo de vida en el sentido del yoga. Sin embargo, y esto según Khalsa es decisivo, el alumno tiene que practicar de forma respetuosa, totalmente concentrado y con dedicación; tiene que interiorizar el yoga y no sólo practicarlo.

El yoga se adapta a los tiempos

–El futuro del yoga se encuentra en algún punto entre fitness y tradición –dice el profesor de yoga Klaus König, el único ponente alemán en la conferencia. Dice que el yoga siempre se ha estado transformando, adaptándose a los tiempos. Las milenarias sutras de Patanjalis se pueden interpretar de múltiples maneras.
–Es difícil decir lo que realmente es tradición.
Mientras el practicante conozca los orígenes del yoga y sepa lo que está haciendo, dice Sri O. P. Tiwari, él no se opone a pequeñas modificaciones de los ejercicios clásicos.
–Su significado sigue igual, no importa que practique el yoga en la India, en Alemania o en cualquier otro lugar.
Este mensaje hay que transmitírselo a la gente en palabras sencillas y con palabras amables, sin la intención de misionarlos. Al igual que la norma de que un alumno sólo debe aceptar aquello de lo que realmente está convencido:
–De otra forma, el yoga no tiene poder curativo.
Muchos practicantes, como Klaus König sabe por experiencia, en algún momento empiezan a interesarse por el significado original del yoga, sin que sea necesario confrontarlos desde el principio con textos históricos, mantras o prácticas de purificación.
–De repente, la gente se abre, quiere saber más, el escepticismo inicial desaparece.


Durante algunos momentos, el "mono salvaje" se queda quieto

A mí me pasa lo mismo. Con cada hora de clase me resulta más fácil concentrarme en mi respiración, realizar los ejercicios de forma más concentrada. El „mono salvaje“ parece estar sentado quieto durante unos instantes. Mi cuerpo se siente más ligero, y estoy despierta, despejada y llena de energía, aunque tengo que madrugar y renunciar a mi café matutino. El último día incluso llego a la sala de aseo puntualmente a las seis. En la mano tengo una jarrita recién comprada. Con cuidado vierto agua salada en mi narina derecha y espero que salga por la izquierda. Funciona. Con orgullo cuento mi pequeño éxito de kriya al hombre del lavabo vecino. Subhabrata de Calcuta ya ha avanzado un paso más. Por primera vez ha bebido casi un litro y medio de agua salada para luego vomitarla: para la limpieza del estómago y reducirle la acidez.
–Es tan liberador, como si uno no hubiera podido llorar durante largo tiempo y de repente todo se suelta. ¿No lo quiere probar usted también?
–Quizá la próxima vez –respondo. Y estoy segura que en algún momento lo intentaré.
Más información del fotógrafo: http://www.karinapolloniamueller.com/

viernes, 18 de mayo de 2012

Food Revolution Caracas

Somos parte de la #FoodRevolution de @JamieOliver. Este 19/05 educaremos, motivaremos e inspiraremos a la gente por un estilo de vida saludable #FoodRevCaracas


FoodRevCaracas es parte de un movimiento global llamado FoodRevolution, inspirado y promovido por el cocinero británico Jamie Oliver. Este 19 de Mayo, por primera vez, se celebrará mundialmente el Food Revolution Day y nosotros en Caracas formaremos parte de esa iniciativa educando, motivando e inspirando a la gente por un estilo de vida saludable.

domingo, 2 de octubre de 2011

Verticalidad, el cuerpo y su significado emocional de pies a cabeza





Si aceptamos que la materia es energía, podemos decir que toda manifestación del ser siempre es expresión de su funcionamiento orgánico. Nuestro aparato funcional se vuelca de un contacto continuo de un movimiento energético interno a un intercambio constante con el medio externo. Por varios motivos se pueden instaurar bloqueos en ese sistema, provocando disfunciones. La represión de la energía transforma su calidad: al paralizarse pierde su característica vital y dinámica tornándose patológica y perversa.

Por ejemplo, cuando a un niño no se le permite la legítima expresión de su tristeza o de sus miedos por medio del llanto («los hombres no lloran») se exigirá una contracción de los músculos de la garganta para que el llanto «sea tragado». Con una represión continua de esa expresión (por las amenazas de castigo) se instalará una contracción crónica de los músculos de la garganta, hasta el punto de que pasado algún tiempo se pierda la posibilidad del llanto, aunque ya no se lo reprima.

La represión ya está internalizada. Los músculos contraídos no obedecerán más al control consciente, estarán bajo el severo dominio del sistema nervioso autónomo simpático que es el responsable de la acción del organismo en situaciones de peligro (la amenaza de los padres es peligrosa). Se dice que esta musculatura está en el régimen simpático tónico. No se adelantará en la posterior comprensión racional de los motivos que generaron aquella contracción pues la grabación de la represión es muscular.

Aquel niño, ahora adulto, podrá conocer los motivos (ahora conscientes) de esta «disfunción» suya, pero continuará incapacitado para llorar. Aquí hay una gran diferencia entre las terapias; la acción corporal actúa en un nivel biológico, buscando recuperar el movimiento natural de la expresión, de la expansión, la otra vertiente es la pulsación, que es el ritmo natural del movimiento de la energía vital.

Observando las tensiones corporales, Reich percibió que se establecen en el cuerpo en sentido transversal formando anillos de coraza. El flujo natural de energía es predominantemente longitudinal, o sea de arriba hacia abajo, siguiendo la anatomía del cuerpo. Los anillos identificados por Reich fueron siete: ocular, oral, cervical, torácico, diafragmático, abdominal y pélvico. (Los chacras fundamentales de la cultura hindú también son siete).

Así se divide nuestro cuerpo y estas son las emociones preponderantes cuando el flujo está abierto.



Y esta es una representación de nuestro cuerpo cuando está bloqueado en alguno de los anillos y en consecuencia las emociones que se presentan perversamente en cada segmento.


martes, 12 de agosto de 2008

LA VALIDACIÓN NEURÓTICA.



Partiendo del principio que neurosis es una mala evaluación de la realidad, encontramos que en muchas ocasiones el individuo deja de reconocer opciones y métodos más adaptativos y/o más sanos para obtener esa cuota de atención, afecto, aprecio, límite o espacio vital que necesita preservar.

Sin embargo y a pesar de sí mismo, opta por validar la crítica, el desprecio, el rechazo o “eso” que vuelve agresivo a su entorno desde la percepción personal. Vale decir, si alguien, un desconocido o un tercero insignificativo, te critica o dice algo que no tiene resonancia con la realidad; el individuo simplemente ignorará el comentario o tal vez se sorprenda por lo desubicado del mismo.

Pero muy por el contrario, si el mismo comentario o crítica es hecho por alguien significativo, entonces se valida la fuente y el comentario pasa a tener lugar dentro del marco de referencia y de opciones de lo que la persona piensa de sí mismo.

Este particular hecho cambia, dentro del proceso perceptivo, la historia y hace que dudemos o cuestionemos nuestra percepción y nuestra realidad.

Esta vivencia de rechazo o crítica se torna más crítica cuando lo señalado es algo que el individuo no tiene opción para cambiar o modificar. Por ejemplo, cuando alguien es rechazado por factores raciales, o de tamaño o algún otro referente físico el cual está imposibilitado de modificar.

Entonces, aquí la crítica se vuelve mucho más destructiva y el rechazo tiene un poder que le permite a la persona, posteriormente, usar ese mismo argumento contra sí mismo.

Si embargo, la realidad trasciende el hecho físico y el rechazo planteado por el otro seguramente esté influenciado por una serie de factores mucho más trascendentes que los aspectos físicos mencionados o que los insultos o defectos comentados en momentos de rabia por la contra parte.

Aquí la validación neurótica pasa a jugar un papel determinante en la mecánica del argumento pues si el individuo reconocer que el discurso está teñido de rabia, de prejuicios o similar, de la misma manera dejará de validar el contenido o parte de él y en consecuencia no reaccionará patológicamente por ello. Por está razón desvalorizará el contenido de la crítica en vez de a sí mismo.