Si bien, como comenté en el artículo anterior, el problema del miope o hipermétrope
radica en la distancia emocional que el individuo considera a nivel inconsciente
como óptima para ver o dejar de ver lo que ocurre a su alrededor, en este caso
el problema vendrá dado según el tipo de relación.
Etimológicamente, astigmatismo proviene del griego "a" sin,
"stigma" punto; es un estado ocular que generalmente proviene
de un problema en la curvatura de la córnea, lo que impide el enfoque claro de
los objetos que se encuentran sobre los ejes verticales u horizontales ya sea
que estos estén cercanos o lejanos.
La córnea, que es redonda, sufre un achatamiento en sus polos, lo cual
produce distintos radios de curvatura en el eje del ojo, por ende cuando la luz
llega al ojo, específicamente en la córnea, la imagen que se obtiene es poco
nítida y distorsionada. En el astigmatismo, la magnitud del error de enfoque es
diferente según el eje del meridiano de fijación, esto hace que los objetos se
vean distorsionados.
Mayoritariamente
el astigmatismo es de origen hereditario, pero también se puede producir por
culpa de complicaciones en intervenciones quirúrgicas, traumatismos o
enfermedades. Además de afectar la visión, puede producir dolores de cabeza o
mareos, ya que el ojo intenta compensar el defecto con la acomodación, con el
consiguiente esfuerzo muscular.
Existen diversos
tipos de astigmatismo:
•
Astigmatismo simple: aparece en un solo eje (vertical u
horizontal)
•
Astigmatismo compuesto: además de afectar a un eje se
asocia a la miopía o la hipermetropía y suma ambas patologías tanto a nivel
físico como emocional.
•
Astigmatismo mixto: cuando un eje se enfoca delante de la
retina (miópico) y otro detrás de la retina (hipermetrópico).
La significación emocional del astigmatismo vendrá determinada por el eje
afectado. Si el problema está en el eje
horizontal, entonces la persona en cuestión tendrá dificultades para relacionarse con sus iguales (hermanos, pareja, compañeros de trabajo y
todo aquel que esté desempeñando un rol similar al del individuo), a ellos
los ve como inferiores o superiores invariablemente, ya sea atribuyéndole
defectos o cualidades que no reconoce en sí mismo.
En cambio si el problema radica en el eje
vertical, las dificultades estarán
en las relaciones con los superiores y/o subordinados (como los padres o
figuras de autoridad, hijos, empleados y personas a su cargo o que dependan de él
o su directriz). Estas personas ven como más cercanas a sus subordinadas o sus
superiores. Es muy típico observar a una madre que se siente amiga de su hija y
que inclusive compite por su popularidad con los amigos de la hija en vez de
mantener su rol ejemplar (1) o un empleado que asegura: mi jefe es mi “amigo” obviando que la relación inicialmente es de
base laboral. (2)
Los astígmatas con problemas en el
eje vertical además, tienen un
problema a la hora de percibir las normas, por ello dirán frases como “toda
regla tiene su excepción”, pues siempre verán y encontrarán atajos o
alternativas a la hora de cumplir una norma propuesta.
Ahora el tema se complica cuando el defecto no viene dado sobre el eje
vertical o el horizontal, sino que, viene en gradientes y el resultado es un
ángulo perpendicular, en este caso, las personas distorsionan tanto
las relaciones con sus iguales como las relaciones con las figuras de
autoridad, entonces, encontraremos ofertas como la famosa operación colchón, en
donde para lograr un ascenso en la carrera se vuelve pareja de su superior… lo
cual, en resumen, es una distorsión de ambas relaciones.
(1)
Cuando
me refiero a estas relaciones materno filiales, no hablo de aquellas relaciones
en las que la madre logra ser confidente de su hija, sino de aquellas madres que pierden de vista su rol
de madre para verse como iguales e inclusive competir por la atención se su
hija, en vez de mantener su rol de ente modelo, protector y proveedor.
(2)
Si bien
hay relaciones laborales que se estrechan y vínculos que se desarrollan debido
a la frecuencia del trato, en este ejemplo en cuestión, me refiero a aquellas
personas que suelen ver a sus jefes como grandes amigos e inclusive a sus
subordinados. Ser una persona afin, agradable, fiable y confidente no le va a
cambiar su rol de empleado.
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