jueves, 29 de septiembre de 2011

Ojos que no ven, corazón que no siente. Cuarta entrega. Presbicia, la testarudez como enfoque.



Para ir cerrando momentáneamente el tema de las patologías visuales, les hablaré sobre la presbicia. Anteriormente, con saber cual era el efecto que causaba una patología visual podíamos saber, a grandes rasgos, de que se trataba la misma. Sin embargo, en el caso de la presbicia es diferente.

 Es decir, un miope tiene dificultad para ver de lejos y, emocionalmente hablando, le cuesta proyectarse a futuro. Por lo tanto, como puede ver muy bien de cerca es muy eficiente reconociendo su entorno inmediato y lo que en el ocurre. En contraposición, el hipermétrope ve muy bien de lejos pero se le dificulta la visión inmediata y el eco emocional es inverso al anterior, es por ello, que se proyecta a futuro con gran eficiencia pero puede desconocer o dejar de percatarse de lo que ocurre a su alrededor.

Ahora, la presbicia se presenta como una dificultad para ver de cerca y a su vez permite con más eficiencia la visión a distancia, entonces, en que se diferencia de la hipermetropía? La respuesta radica en la fisiopatología, ya que la hipermetropía es un problema de curvatura en el cristalino, en cambio, la presbicia es un problema de elasticidad del mismo.

En consecuencia, con el paso del tiempo o por el paso del tiempo, el cristalino va perdiendo sus propiedades elásticas que permiten el enfoque de objetos cercanos, lo que desde el punto de vista emocional significa que las personas con Presbicia van madurando sus criterios y fortaleciendo sus puntos de vista, suena lógico y simple!

Con la madurez, sobrevienen responsabilidades, hijos, trabajos y demás que van a demandar que el individuo fije posiciones y asuma puntos de vista cada vez más rígidos, muchas veces tan estables, que se vuelven simplemente estáticos, he aquí el problema.

Es entonces que comienzan a aparecer esas frases célebres de “en mis tiempos...”, “antes las cosas eran diferentes…”,”esto jamás hubiera ocurrido allá y entonces…”,”todo tiempo pasado siempre fue mejor…” Y eso es simplemente un reflejo del apego del individuo a esa imagen de sí y de sus recursos en ese momento. Es por ello, que alrededor de los 45 años comienza en la mayoría de los casos a aparecer la presbicia.

Simbólica y estadísticamente hablando, digamos que el hipermétrope está, más bien, centrado en el futuro, el miope en el presente y lo inmediato y la persona con presbicia se va centrando cada vez más en el pasado y lo que representa.

Así que la mejor manera de retardar la aparición de la presbicia, desde el enfoque bioenergético, será mantenernos abiertos a las nuevas tecnologías, opciones, formas de hacer las cosas ahora, mantenernos activos y en contacto con respecto a cómo se hacen las cosas hoy en día y sacar provecho de ello y dejar el pasado atrás tomando de el solo lo que nos nutre en vez de procurar traerlo al presente y revivirlo.

1 comentario:

Ingrid Moretti dijo...

Excelente escrito!!!
Ademas de ponerme a reflexionar, asocio con otro articulo que lei recientemente sobre crecimiento personal, donde decia el autor, que tambien debiamos renovar o cambiar la memoria!!!
esto me pone a pensar sobre la semilla causal de la presbicia, tratamos de cambiar en el presente, pero nuestra memoria esta en el pasado y alli nuestra testarudez en el presente.
Valdria la pena que sea investigado este aspecto psicologico con mayor ahinco, el beneficio podria ser un stop a la presbicia y una renovacion mas completa a nuestra forma de pensar?