Nuestro cuerpo suele ser mucho más sincero que nuestro discurso verbal e incluso, si sabemos manejar bien el conjunto de mensajes que enviamos con él, lograremos una comunicación mucho más efectiva y asertiva.
La comunicación corporal incluye un conjunto de códigos que intervienen en nuestra vida diaria, signos que de forma permanente inciden en nuestra comunicación. Este conjunto de signos que enviamos con el cuerpo, juega un papel fundamental en el plano de nuestras relaciones, incluso de manera más contundente y reveladora que aquellos que podemos decir mediante la comunicación verbal.
De modo que, tanto los mensajes enviados con nuestro cuerpo (Kinésica), como la distancia entre el emisor y el receptor (Proxémica), el manejo del espacio, de los colores, etc, van armando todo un discurso que, sin audio, revela mucho de nuestra personalidad, del juego de poder y de los intereses que puede esconder un simple encuentro
DESCIFRANDO EL MENSAJE CORPORAL
El clásico cruce de brazos entendido universalmente como “estoy a la defensiva” o “estoy cerrado” a lo que se me plantea, puede tener matices de protección si a su vez, se cruzan sobre el pecho, cubriendo los órganos vitales, tanto en sentido orgánico como emocional.
“Algo instintivo y que se evidenció primero en la zoología antes que en las ciencias sociales es la exposición de las zonas vulnerables en los momentos de cortejo, zonas que, no casualmente son a su vez zonas erógenas. Cuando una pareja sostiene una conversación de corte intimista, en el momento que el interlocutor expone su muñeca y posteriormente su yugular evidencia empatía emocional a tal punto de darse el permiso de ser y mostrarse vulnerable”.
LA MEDIA LUZ DE AMOR
Dentro de los gestos de cortejo, los encuentros a la luz de las velas son todo un clásico, un obligado. La explicación no es otra que, las pupilas se dilatan cuando una persona ve algo que le gusta y posteriormente se contraen según el nivel de luz del ambiente; entonces la media luz pretende generar de antemano la sensación de agrado. La ausencia de la luz hace que el sentido de la vista, que provee un 80 % de la información que manejamos para interactuar con el entorno, sea un poco menos importante, invitando así a explorar otras sensaciones.
Luego se da lugar a las conocidas caricias diferidas, como una promesa de lo que puede suceder si el intercambio de códigos funciona para ambos. Las mujeres mordisquean pitillos, cigarrillos y demás símbolos fálicos que tengan a mano; los hombres las bocas de los vasos, acariciando las tazas y similares”. La caricia diferida se vuelve una oferta simbólica de lo que podría pasar si la relación continúa de buena manera, es una forma silente de decir “esto te lo podría estar haciendo a ti… te interesa? Entonces continúa!”
LA PROXEMICA Y EL ÉXITO EN LA RESOLUCION DE CONFLICTOS
Sentarnos de frente a alguien, implica confrontación pues como es adentro es afuera y los puntos de vista opuestos llevan a confrontaciones más temprano que tarde. Si preferimos colocarnos al lado del otro, buscamos aliarnos y lograremos empatía. Además, debido al cómo se procesan neuronalmente los estímulos, podemos saber que cuando se habla del lado izquierdo, el 75 % de la información la procesa el hemisferio derecho, por lo cual, el contenido relacionado con la familia y con las emociones se procesará mas rápida y efectivamente, así como aquello relacionado con los instintos. En cambio, cuando hablamos del lado derecho de nuestro interlocutor, los contenidos serán mas efectivos si están vinculados con lo técnico, lo abstracto, si están ordenados y estructurados congruentemente y si refieren a lo social.
Más allá de nuestro discurso verbal, incluso de nuestras acciones, récord académico y desempeño laboral; el cómo manejamos el discurso corporal nos puede llevar al logro de metas y al manejo de situaciones conflictivas de manera eficaz y productiva”.
Esta comunicación puede realizarse a través del conjunto cabeza, cara y cuello, el contacto visual, la postura corporal, los gestos, la dirección en que apuntan los pies y las piernas, la orientación del cuerpo, los gestos de la boca, el tono y ritmo de la voz, la distancia corporal, la forma de llevar el cabello, el uso del olfato hasta llegar al tacto y la piel.
En el terreno de la imagen pública, el lenguaje corporal se contempla en función de su utilidad para proyectar una buena imagen que proporcione seguridad en uno mismo y así comunicar confianza para provocar la credibilidad en nuestra persona y en nuestros actos.
Aquí les dejo algunos tips sobre qué pueden comunicar las posiciones de nuestro cuerpo
Cabeza, cara y cuello:
Ubicación de la cabeza | Qué significa |
Se lleva hacia adelante | Atención, cariño, violencia |
Se lleva hacía atrás | Espera, duda |
Moverla hacia al interlocutor | Atender |
Moverla en sentido contrario a donde se encuentra el interlocutor | Distracción, indiferencia |
Inclinada hacía adelante | Rabia, seguridad, sumisión (baja) |
Inclinada hacía atrás | Miedo, resistencia, duda |
Inclinada hacía un lado | Escepticismo, incredulidad, vanidad, vulnerabilidad y afinidad |
Las piernas y los pies.
Ubicación de las piernas | Qué significa |
Piernas muy abiertas | Arrogancia, imposición, protección y disponibilidad |
Piernas poco abiertas | Seguridad, corrección, educación, moderación |
Muy juntas | Tensión, miedo, nerviosismo, reserva |
Sentados y poco abiertas | Control de sí mismo, relajamiento |
Sentados y muy abiertas | Mucha confianza, despreocupación |
Sentados y juntas | Tensión, temor, cautela |
Sentados y cruzadas | Comodidad pero también inseguridad o reserva |
Fragmento tomado de la entrevista de Alida Vergara de Abril 2010 para la Revista Estética y Salud a José Gabriel Rodríguez Aristegui.
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